miércoles, 9 de noviembre de 2016

Nuestros zorros apadrinados

Por las noches nos visitan en la huerta nuestros amigos los zorros. No es que se les oiga sus rajados aullidos en el valle, sino que vienen a comer a nuestra puerta, delante de nosotros, sin miedo, como si fuesen de la familia. Como podréis ver en la fotografía, lo hace del comedero de nuestro perro. Y si le ofreces una rodaja de choped te la quita de la mano.
 A estas criaturas es imposible tenerles animadversión alguna, sino el cariño como si se tratara de otra mascota. Son elegantes con su cola robusta y tan espectacular.
Dicen que son normalmente precavidos hacia los humanos, algo difícil de entender en el comportamiento de nuestros visitantes.
Estos amigos viven sólo entre cinco y siete años, no es un animal de manada y su alimentación es omnívora. Caza sobre todo por la noche. Durante el día permanece oculto entre los matorrales o en sus madrigueras, excavadas en parajes secos y escondidos, a menudo entre las rocas, los barrancos herbosos y las espesuras.
El apareamiento tiene lugar en enero y febrero y las crías nacen hacia abril o mayo. Los zorrillos se crían primero en la madriguera subterránea, en un blando nido bien guarnecido que comunica con el exterior por varios pasajes. Estas madrigueras se agrandan durante largos años. Los zorros pasan generalmente toda su vida en el mismo territorio, y no son amigos de las incursiones lejanas.

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